Washington, 30 oct (PL) Ciudades de carpas y significativa presencia de militares pretenden ser dos características de la frontera sur de Estados Unidos, a juzgar por los planes del presidente Donald Trump contra miles de migrantes centroamericanos.
Si esas personas solicitan asilo, las vamos a retener durante el tiempo que dure el juicio, vamos a construir ciudades de carpas por todas partes, anunció el mandatario en una entrevista anoche con la televisora Fox.
De acuerdo con el gobernante, cuyas políticas en materia migratoria reciben un amplio rechazo dentro y fuera de su país, Estados Unidos no edificará otro tipo de estructuras ni gastará cientos de millones de dólares.
Tendremos carpas, serán muy agradables, y ellos (los migrantes) van a esperar, y si no reciben asilo se van, puntualizó el jefe de la Casa Blanca, quien considera a las caravanas de centroamericanos rumbo a suelo norteamericano un problema de seguridad nacional.
Cuando la gente se entere qué está pasando, mucha menos vendrá, opinó el jefe de Estado sin referirse a las verdaderas causas del fenómeno migratorio, incluidas la violencia y la carencia de opciones para el desarrollo económico en los países de origen.
La víspera, el Departamento de Defensa confirmó que enviará cinco mil 200 soldados al área limítrofe con México para impedir la entrada de migrantes en una operación denominada Patriota Fiel.
Tal iniciativa fue descrita por el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Terrence O’Shaughnessy, como un esfuerzo para ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza a endurecer las defensas en los puntos legales de acceso y los sitios cercanos.
A juicio del uniformado, el nuevo movimiento de tropas posibilitará abordar las brechas en áreas del sur de los estados de Texas, Arizona y California.
Para fines de esta semana, desplegaremos a más de cinco mil soldados en la frontera suroeste, eso es solo el comienzo de la operación, afirmó O’Shaughnessy en conferencia de prensa.
Continuaremos ajustando los números e informando, dijo, y precisó que 800 soldados ya iban camino a Texas.
Reportes sobre el despliegue apuntaron que no se espera que las tropas realicen actividades de aplicación de la ley pues su labor consistirá en respaldar a unos 15 mil agentes de la Patrulla Fronteriza.
En abril pasado, dos mil 100 miembros de la Guardia Nacional fueron ubicados en los límites con México a partir de una orden de Trump.
Diversas voces consideran que la administración norteamericana tiene como propósito mostrar una respuesta fuerte ante los migrantes mientras se acercan las elecciones de medio término del próximo 6 de noviembre.
Otros criterios apuntan que el presidente ha aprovechado el momento para agitar su agresiva retórica contra quienes intentan entrar a Estados Unidos.
Sin presentar pruebas, Trump escribió varias veces en su cuenta personal de la red social Twitter que en el grupo de migrantes que se desplaza por México hacia su país existen muchos miembros de pandillas y personas muy malas.
«Regresen, no serán admitidos en Estados Unidos a menos que pasen por el proceso legal. ¿Esta es una invasión de nuestro país y nuestros militares los están esperando!», expuso ayer en la plataforma de microblogging.
Por su parte, la Unión Americana de Libertades Civiles recordó que está prohibido por ley que el personal militar se encargue de las leyes migratorias, y no existe una emergencia que para justificar tal despliegue.
Trump eligió justo antes de los comicios de medio término obligar a los militares a impulsar su agenda de miedo y división contra la inmigración, opinó Shaw Drake, consejero de la mencionada entidad en la localidad fronteriza de El Paso, Texas.